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Leches vegetales, ¿Cuál elegir?

Si eres nueva en el mundo de las bebidas o leches vegetales, elegir una puede ser abrumador ya que hoy en día existen muchas alternativas en el mercado.  Sin duda las leches vegetales han llegado para quedarse, por eso, UMAI -la marca que ofrece una completa línea de shampoo, acondicionadores y cremas de cuerpo con ingredientes de origen natural- te deja las mejores alternativas del mercado, con sus respectivos beneficios. Solo debes elegir la tuya de acuerdo con tu dieta y probar tu favorita.

 

Leche de Almendras:

Es una de las opciones más versátil, si bien es una buena fuente de calcio, no tiene un gran aporte de proteínas ni fibra.  La leche de almendras sin azúcar es baja en calorías y mucho más baja en carbohidratos que la leche de vaca, por lo que es una buena opción si sigues una dieta baja en este nutriente.

Leche de Soya:

Nutricionalmente, la leche de soya es la que más se acerca a la leche de vaca, ya que es una gran fuente de proteínas, tiene casi 6 gramos por taza. Es una excelente alternativa cuando necesitas un poco de cremosidad en tus preparaciones y se puede usar en casi cualquier receta que requiera leche de vaca.

La soya por años ha sido objeto de controversia, ya que la mayoría de las semillas cultivadas han sido modificadas genéticamente. Algunas marcas producen leche de soya orgánica (libre de transgénicos, pesticidas y herbicidas convencionales).

Leche de Arroz:

Es una excelente alternativa para quienes evitan la soya y los frutos secos. Es una leche liviana y baja en calorías. Ojo que no es ideal para aportar cremosidad a las preparaciones porque es muy ligera.

Leche de Coco:

Esta leche es deliciosa, cremosa y está llena de grasas saludable. Es perfecta para preparaciones thai y postres. Suele tener un sabor más fuerte que el resto y es probable que se destaque en las preparaciones que realices. Ojo que existe una versión de leche enlatada, ésta es mucho más espesa y no son recomendable para tomar, pero es un excelente sustituto a la crema de leche convencional.

Leche de Avena:

Es una lecha rica en carbohidratos, no contiene grasas saturadas, y tienen 5 gramos de proteína por taza. Además, es rica en fibra soluble lo que la hace un poco más cremosa que el resto de las leches. La fibra soluble absorbe agua y se convierte en un gel por lo que ayuda a mantenerte satisfecha por más tiempo. También puede ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en sangre. La leche de avena es naturalmente dulce, lo que la hace ideal para productos horneados como pasteles y galletas.

 

A modo de resumen todas las opciones de leches vegetales ofrecen varias ventajas para la salud y son una excelente alternativa para las personas intolerantes a la lactosa o con alergias alimentarias. Una buena estrategia es mezclar los tipos de leche, así obtenemos lo mejor de cada una de ellas.

Recuerda que es muy importante revisar las etiquetas y evitar las saborizadas o las que tienen azúcar agregadas y aditivos no deseados.

Te recomendamos infórmate sobre los aspectos nutricionales de cada una y en base a eso elegir la adecuada para tu dieta. Luego pruébalas y elige tu favorita.

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Guía para comenzar a reciclar

En el mundo se producen más de 2 millones de toneladas de residuos al año, que podría aumentar a 3 millones para el año 2050 si no se toman las medidas correspondientes. El 17 de mayo es el día del reciclaje, una excelente fecha para concientizar a la población de la importancia de esta actividad y que puedas sumarte si es que aún no lo haces.  UMAI -la marca que ofrece una completa línea de shampoo, acondicionadores y cremas de cuerpo con ingredientes de origen natural y con envases reciclables- te entrega la información necesaria sobre qué residuos se pueden reciclar y cómo hacerlo.

¿Qué podemos reciclar?

Residuos orgánicos: A este grupo pertenece todos los residuos biodegradables de origen vegetal o animal. Restos de frutas y verduras, cascaras de huevo, restos de café, etc. Estos residuos se deben poner en un contenedor separado del resto de la basura y debes averiguar si tu municipalidad cuenta con algun programa de reciclaje orgánico que te pueda apoyar en esta misión.

Residuos plásticos: En nuestro país tenemos la capacidad para reciclar ciertos tipos de plásticos tales como artículos fabricados con PET N°1 (botellas desechables para bebidas, bandejas de torta, contenedores de fruta. También se reciclan los plásticos fabricados de polietileno de alta densidad N°2 (envases de detergente, champús, bidones y envases de leche) tapas de botellas y otros artículos fabricados con polipropileno (Nº5) y bolsas fabricadas con polietileno (Nº2 y Nº4.)

Si no estas segura a qué clasificación pertenece tu plástico solo debes mirar en la parte inferior del envase y encontrar un triángulo con el número del plástico. Si éste no aparece no puede ser reciclado. Si aparece uno de los números antes mencionados debes sacar la tapa y la etiqueta del envase, enjuagarlo y aplastarlo, para luego depositarlo en algun contendor correspondiente al tipo de plástico.

Si quieres reciclar los envases de nuestros productos UMAI, no hay problema, ya que corresponden al plástico N°5. Solo debes enjuagarlos y poner donde corresponde, no es necesario sacar las etiquetas. Para el caso de las cremas corporales de 1000 ml, debes separar las válvulas de los envases.

Vidrio: Esto es más simple de reciclar, solo debes quitar etiquetas y tapas, lavar los residuos y depositarlo en el contenedor indicado.

Papel: Se puede reciclar el papel blanco, las hojas de cuadernos, libros sin tapa, diarios y revistas. Ojo, el papel puede estar impreso y rayado, pero sin manchas. Para reciclar debes eliminar las etiquetas y tapas, sacar los espirales, cintas adhesivas o corchetes y depositarlo en el contendor correspondiente.

Latas: En esta categoría están las latas de bebidas y las conservas de alimentos. Solo debes quitar la etiqueta, enjuagar con un poco de agua, aplastarla y depositarla donde corresponde.

Cartón: Acá va el cartón corrugado, cajas, cartulinas, papel Kraft, tubos de papel higiénico y absorbente. Para esto debes quitar las cintas adhesivas o corchetes entre otros, reducir su volumen y depositarlo en el contenedor correspondiente.

En Chile contamos con una red de puntos limpios que cuentan con contenedores para cada tipo de residuo. Solo debes averiguar en tu municipalidad y organizarte para ir a dejar los desechos y así comenzar a reciclar.